Existen dos tipos de colesterol: uno “bueno” y una “malo”. Vamos a conocerlos.
El Colesterol Bueno
El HDL o lipoproteína de alta densidad es el colesterol bueno. Este colesterol es responsable de en torno a ¼ a 1/3 del total de colesterol en sangre. ¿Por qué decimos que es el colesterol bueno? Los estudios han demostrado que un nivel elevado de HDL puede evitar los infartos. Los estudios también muestran que quienes tienen niveles bajos de este colesterol bueno tienen mayores riesgos de enfermedades cardiacas. Los expertos piensan que el HDL elimina parte del colesterol malo y lo envía directamente al hígado. Numerosos médicos también piensan que el colesterol bueno retira los trombos y tapones que se forman en las arterias, evitando así la aparición de infartos y ataques al corazón.
El Colesterol Malo
El LDL o lipoproteína de baja intensidad es el llamado colesterol malo ¿Y por qué es malo? Porque un exceso de LDL en la sangre puede provocar infartos y ataques cardiacos. Un exceso de LDL en sangre puede provocar que se formen tapones en las paredes internas de las arterias. Las arterias llevan los nutrientes y el oxigeno al cerebro y al corazón. El colesterol malo combinado con otros productos puede formar una placa en las arterias, estrechando su sección y afectando a su flexibilidad. Este problema se denomina arteriosclerosis y hace que la persona sea más susceptible a sufrir ataques cardiacos. Este ataque se produce cuando la arteria obstruida se queda completamente atascada o taponada.
Otro elemento del que habrás oído hablar son los triglicéridos. ¿Pero que con los triglicéridos?
Esa Grasa llamada Triglicérido
Nuestro cuerpo crea una grasa concreta que llamamos triglicérido. Es frecuente ver niveles altos de esta grasa en personas con sobrepeso, obesidad, fumadores, bebedores, quienes tienen una vida sedentaria y quienes consumen dietas altas en hidratos de carbono. En muchos casos estas personas también tienen un alto nivel de colesterol en sangre. Esto quiere decir que tanto el colesterol bueno (HDL) como el malo (LDL) están altos. También es frecuente un nivel elevado de triglicéridos en personas que sufren de diabetes o han tenido ataques al corazón.
El Aceite de Argán Culinario
Si hay una aceite que puedes usar para aderezas tus guisos, sopas, carnes y pescados a la plancha o para enriquecer tus tostadas sin duda es el Aceite de Argán Culinario. ¿Por qué? Este Aceite de Argán Culinario puede mejorar los niveles de colesterol bueno y reducir los niveles de triglicéridos, un factor clave para evitar problemas de corazón. Este beneficio se debe a los elevados niveles de ácidos grasos instaurados del aceite. De hecho el aceite de argán es un 80% ácido grasos insaturados. Los antioxidantes como la vitamina E, carotenos, polifenoles y ácido ferúlico, presentes en el aceite, también son conocidos por evitar el daño celular. Así que además de reducir los problemas de corazón este aceite mejora el sistema inmunitario y el desarrollo cerebral.